INNOVACION ¿PALABRA DE MODA O PARADIGMA CULTURAL?

Por: Rainiero Delgado Quintana

Director general de Ecoflora Agro Colombia, Gowan Company

rdelgado@gowanco.com

Hablar de innovación está en boca de todos. Se habla de ello en el mundo de los negocios, en las escuelas de alta dirección, en los eventos de «management», en las juntas de planeación estratégica, en los mercados de capitales, en los foros de ciencia y tecnología, en los medios, y puedo seguir enumerando una lista interminable de lugares donde se habla de innovación constantemente.

Innovación no es una palabra nueva, pero con el inicio del nuevo milenio se convirtió en una palabra recurrente.

Sin embargo, veo dos cosas de las que no hablamos tanto:

1.- Cómo y en qué se hace innovación.

2.- La definición de si la agricultura es un sector que tiene vocación por la innovación.

¿Cómo y en qué se hace la innovación?

Creo que lo más maravilloso de la innovación es que no tiene límites. Personalmente, pienso que es un estilo de pensamiento que, bien llevado, puede convertirse en un magnífico hábito; y que, cultivado constantemente, puede transformarse en una manera diferente de pensar y ver los negocios. Eso no implica que sea fácil, pero sí puede ser menos complejo de lo que parece.

Considero que la mayor limitación de la innovación radica en nuestros propios paradigmas y prejuicios.

  • Si las complicaciones que generan los cambios, nos impiden realizarlos.
  • Si nos preocupa… que tan preparados estamos para hacer algo diferente.
  • Si preferimos la seguridad de lo conocido ante lo incierto de lo nuevo.
  • Si creemos que los cambios son lentos y dan espacio para prepararse.
  • Si creemos que nada puede compensar la experiencia.
  • Si asumimos con soberbia que ya estamos en el punto óptimo de nuestro negocio.
  • Si hemos dejado de aprender, creyendo que ya sabemos lo suficiente,
  • Si esperamos que haya una crisis para revisar las cosas.
  • Si no damos seguimiento a las preferencias de nuestros clientes.
  • Si no nos mantenemos actualizados sobre las nuevas tecnologías disponibles.
  • Si preferimos la perfección antes que el aprendizaje de los errores.
  • Si coartamos las ideas de los demás.
  • Si no escuchamos las aportaciones de nuestros equipos.

Si esto acontece, entonces estamos ante una cultura que restringe la innovación.

Construye una cultura de innovación

Hablar de innovación es un tema basto, profundo y que puede tomar muchas vertientes. Para simplificarlo, creo que hay tres aspectos cruciales que deben cumplirse para construir una cultura de innovación.

Rompe tu paradigma de pensamiento:

No permitas que sistemas rígidos de pensamiento impidan que hagas o desarrolles cosas nuevas. Y eso solo lo puedes hacer si te decides. Es el poder de la voluntad lo que tienes para hacerlo. ¡Innovar es atreverse a ser distinto, a pensar diferente y a hacer cosas nuevas!

Rompe tu paradigma de aplicación:

Se puede innovar en todo. Tradicionalmente, pensar en innovación nos lleva a pensar en nuevos artilugios o artefactos, en tecnologías sofisticadas y novedosas. Quizás, con un poco de apertura, llegamos a ver la innovación en procesos tecnológicos o productivos.

La innovación existe y se puede aplicar en todo: desde la manera en que vemos un mercado, la forma en que lo atendemos, las formas diferentes en que accedemos a las fuentes de tecnología y conocimiento, la definición de nuevos sistemas de compensación para nuestros colaboradores, la creación de nuevos sistemas de producción, el desarrollo de  plataformas novedosas de capacitación, hasta la creación de nuevos modelos de negocio. ¡La innovación no tiene límite en cuanto a área de aplicación!

Rompe el círculo de la cotidianidad:

Si siempre haces lo mismo, si no convives con personas diferentes, si te aíslas y te comunicas poco, o si no te das tiempo para pensar o estudiar ¿cómo puedes entonces hacer algo diferente? La innovación reta a crear un ecosistema abierto donde podamos converger con nuevas ideas; donde podamos convivir con personas con experiencias diferentes; donde podamos ver las cosas de otra manera. Si quieres innovar, encuentra ese ambiente propicio para la creación o donde concurren las ideas. 

De hecho, esto me recuerda el filósofo de Güemes, quien expresaba: “estamos como estamos porque somos como somos”. El profesor Kendji Meguro Yamaguchi  transforma esta idea en: “vemos lo que vemos porque somos lo somos”. Es decir, el filtro con el que observamos las cosas es aquel que tiene que ver con nuestra formación, experiencia y estructuras de pensamiento. Por ello, ¡si queremos innovar, es importante abrir la manera en que miramos el mundo!

 

LA AGRICULTURA COMO ACTIVIDAD INNOVADORA

 

Participando en múltiples foros de diferentes sectores, he escuchado muchas veces que la agricultura se vincula fuertemente a la tradición.

Es natural, refiriéndonos al ámbito sociológico, que en el sector rural se encuentren más arraigados ciertos valores culturales, y que exista, tal vez, un pensamiento más conservador. No obstante,  eso no significa que este sector no sea ASinnovador, al contrario, creo que la agricultura es un ejemplo portentoso de innovación.

 

Apertura a la prueba y a la exploración

La agricultura es una actividad cíclica, que responde de manera natural a los ciclos del tiempo. Esto implica un aprendizaje constante y una variación continua, donde un año no se parece a otro. Así que, el agricultor va acopiando ese aprendizaje y lo refleja en sus sistemas de producción. Cada año hace pequeños cambios, siempre con la esperanza o el objetivo de que le vaya mejor. Por eso, creo y estoy convencido de que -a pesar del pensamiento tradicionalista de muchos sistemas de producción-, siempre hay apertura a la prueba y a la exploración.

 

Transformación en el sector agrícola

Desde hace 70 años la tecnología transformó la agricultura a una velocidad increíble. La revolución verde cambió para siempre la manera de hacer agricultura. Se generalizó la mecanización agrícola, y la tracción animal fue sustituida por máquinas que multiplicaban su capacidad. Se desarrollaron nuevos y más eficientes sistemas que aportaran agua a las plantas. En Israel, en medio del desierto, apareció el riego por goteo que revolucionaría también la manera de nutrirlas. Se pudo producir, de manera más intensiva, proporcionando a las plantas los nutrientes que requerían para maximizar sus rendimientos. Incluso, han aparecido fertilizantes con tecnologías inteligentes de liberación controlada y con elementos específicos para las etapas fenológicas de los cultivos.

El manejo de plagas y enfermedades encontró en la química una herramienta que el agricultor apreció por su eficiencia y contundencia. La ciencia, a través de innovación, ha permitido crear sistemas y tecnologías mejores, que son compatibles con una visión más sustentable de la agricultura. Hoy los productos, de origen natural, son una herramienta clave para el manejo integrado de plagas y enfermedades.

El conocimiento de las leyes de la genética nos ha permitido tomar lo mejor de la naturaleza y producir así más y mejores alimentos. Instituciones y empresas a través de miles de personas crearon innovaciones y las llevaron a los agricultores del mundo, quienes -con actitud abierta al cambio- las probaron y las adoptaron.

 

 

Adaptación a los nuevos cambios

Pero el mundo se hizo pequeño y nació el concepto de aldea global, donde nada está tan lejos como parece. Y nuestros agricultores aprendieron a producir cumpliendo con nuevas normas, con nuevos sistemas de gestión. Aprendieron a cumplir normativas estrictas de inocuidad y respeto al medio ambiente. Y con una increíble capacidad creadora, encontraron maneras prácticas y funcionales de cumplir las reglas, usando los recursos disponibles.

Hace unos días, visitando a un productor de aguacate en Colombia, fue grato y sorprendente ver cómo -en la zona de empaque- empleaba botellas de agua -transparentes y vacías- atornilladas a manera de cubierta de seguridad, para evitar el riesgo con los focos del sistema de iluminación. Una solución increíblemente simple, práctica, barata e innovadora.

 

Innovación constante interna y externa

Soy un convencido de que en la agricultura todo es innovación constante, que puede nacer tanto de las empresas e instituciones que brindan servicio a los productores, como de los agricultores mismos. Es decir, la agricultura nos ha enseñado dos rutas muy interesantes de innovación:

a) Desde fuera: a través de las empresas de servicios, proveedores de insumos, desarrolladores de tecnología, centros de investigación, universidades, foros y redes de innovación como Biointropic, que -a través de su aportación tecnológica y de procesos, o con la transferencia de tecnología-, han transformado la manera de hacer agricultura.

b) Desde adentro: donde el productor o la empresa agrícola innova de manera constante al adoptar nuevas tecnologías, o al encontrar nuevos y mejores caminos para hacer las cosas. Donde a través de su trabajo, cada día nos aseguran que haya comida en nuestras mesas.

Ahora que estás consciente de: qué es innovación y que la agricultura -al igual que otros sectores- están abiertos a la innovación, ¿qué te detiene para que, a partir de hoy, cambies tu paradigma y te atrevas a pensar diferente?